¡Lo primero, curar al lobito!

Entré con rapidez en la enfermería, con el lobito entre mis brazos, y bastante preocupada.

- Ho... hola... ¿Pu... puedo entrar?- Dije al enfermero pasando la puerta sin esperar respuesta.

- ¿Sabe usted... curar a... animales? - Pregunté bastante nerviosa, ya que nunca había visto a la enfermera.

Dejé al lobito sobre una camilla sin recibir ninguna orden, el estado del paciente es lo primero, y no podía andarme con nimiedades.

Llegué algo después a la enfermería realmente reventado y encontré a Asakura con el lobo.

- Le vas a hacer daño... T_T- Comenté cuando la vi sugetándolo con tanto entusiasmo. Me acerqué a la camilla y vi al anima tiritando de miedo.

- ¡Asakura, podrías haberle causado un trauma! ¿No ves que es un cachorro salvaje y no está acostumbrado a la gente?- Comenté con el ceño fruncido preocupado por el animal.

- Toma pequeño, ya está, ahora te van a curar- Le di algunos restos de bocata que quedaban en la mochila y le acaricié el cuello ya que si lo hacía en la cabeza, con lo asustado que estaba, seguramente lo empeoraría. Me dirigí a la enfermera entonces.

- Lo encontré herido en el bosque...Le enrollé la toalla a la herida para que fuese algo protegida, pero estaba algo sucia y allí no se veía nada bien...- Comenté casi disculpándome. Luego me senté en una silla cerca de la camilla. Estaba muerto x_x

Keiji-senpai me echó la bronca, por lo que agaché la cabeza.

- Lo... Lo siento... - Lamenté mientras mis ojos se humedecían, me avergonzaba que él me reprimendase, quizás le tenía especial afecto.

Acaricié al lobito y sonreí a Keiji-senpai.

- Es cierto... Soy... una carga... - Dije tristemente mientras me dirigía a la puerta de la enfermería.

Antes de abrir la puerta para marcharme advertía algo a Keiji-senpai.

- Por cierto... Los lobos comen ratones, pájaros, potros, ovejas y ciervos.

Rápidamente giré el pomo de la puerta y me marché de la habitación.

*Me fui*

Estaba jugando a hacer castillitos con esos palitos que usamos los doctores para... ver la garganta y esas cosas, cuando de repente entrarón dos alumnos con un precioso y bonito y precioso lobito herido.

"¡AAAAAY! ¡POBRECILLO! T^T", dije llorando como una loca.

"¡Rápido, ponedlo en esa camilla de ahí!", les dije señalándosela, y a seguir cojí un montón de botes, medicamentos y utensilios, y los arrojé a la mesa rápidamente.

"Bueno, como la toalla estaba un poco sucia será mejor desinfectar la herida... esto... mmm... a ver... como se llamaba esto... mmmm... laxito... no, no... mmm... externocleido... nononono... era... cloru... ¡no! ¡¡iIodopovidona!!! =D", dije, y busqué entre todos los botes que había cojido la iodopovidona, pero al final no la había cogido. Después busqué en otra estantería y la encontré, y de pasó cojí un poco de algodón, una gasa y un poco de celofán, ya que no encontré el esparadrapo.

"A ver...", dije mientras le destapaba la herida.

"¡Ay! Me siento como una auténtica veterinaria =D", dije ilusionada, y me dispuse a curarle la herida al lobito bonito y precioso. El pobrecillo gemía de dolor...

"Ay... no llores... T.T Ya pasó bonito", dije llorando yo también.

Terminé de curarle la herida y se la vendé con la venda y los trozos de celofán, y les dije: "No me quedaba esparadrapo, asique le puse estos trocitos de celofán... si se despegan volved mañana, que iré a comprarlo".

Miré la reacción de Asakura algo más frustrado. ¿Ahora la culpa era mía? Aaain...ú,u Estaba cansado, aún algo desconcertado y preocupado. Para nada estaba en disposición de rabietas de ningún tipo, aunque fuese Asakura.

En cuanto vi a la enfermera me quedé un poco sorprendido. "¿Y está es nuestra enfermera? ¿En serio?" pensé con un pasmo de narices.

- Eerrr... ¿Usted sabe lo qu-...- Pretendí preguntar mientras la escuchaba bastante desconfiado.- ¿Externocleido? ... ¡¿Cloruro?! ¿Pero qué demonios hace?- Según sus tartamudeos me parecía entender cosas bastante preocupantes y ya temía por la salud del cachorro.
Al final me relajé un poco al ver que parecía llevar a cabo el trabajo.

- Ay madre...- Susurré mientras la mujer empezaba con la cura. - ¿¿CELOFÁN??- Miré al cachorro impresionado de que siguiese con vida y aquellos horribles trozos pegados a su pata. Llegué a la conclusión de que a aquella mujer le faltaba un hervor y conseguí asustarme. Lentamente me acerqué al cachorro y lo cojí.

- Eeeer...clarooo...N-No se preocupe..ejeje...¡Graciasyadios!- Salí corriendo de allí con las últimas palabras dichas a correr y, sin mirar atrás, huí por el pasillo.

*se va*

"...Adiós D=", le dije cuando ya se había ido.

"Jo... ¿por que todos huyen de mí? T.T", pensé.

Suspiré y me puse a ordenar todas las cosas que había dejado por ahí. Después apague la luz, cerré la puerta y me fuí a mi habitación.