Tras dejar al cachorro en manos de la enfermera loca (esperaba no le pasase nada, al fin y al cabo ella era médico...) Decidí tomarme un respiro e ir a dar una vuelta por el barrio comercial. Lo bueno de aquel sitio es que había chiringuitos abiertos a todas horas e incluso cafeterías o bares de copas que estaban en pleno auje.
Caminé sin demasiado interés por el lugar a ver que hacer. De vez en cuando paraba a tomar algo en algún puesto de comida rápida o a tomar algún que otro chupito. Al fin y al cabo eran mis últimos días de vacaciones.
Después de deambular por el lugar, conocer a alguna chica de la que novolvería a saber y comprar algunas chorradas como posters de Fate State Night o Tekken, acabé metido en un garito bastante animado. Las copas que había tomado parecían empezar a pasarme factura y empecé una pelea con un tipo de por allí. Era un tipo grande, pero torpe. Patada a la canilla, puñetazo a la boca del estómago, en cuanto se agachase codazo en la nuca y, para rematar, una patada en las costillas que siempre quedaba algo más dominante. Claro que yo no me libré de llevar, es lo que tiene la pérdida de reflejos por el alcohol. Un buen gancho de derecha y un par de patadas que paré con los antebrazos. Aquel tipo peleaba como las niñas...
Después de la pelea decidí que quizás debiera volver al instituto, total ya llevaba un pedo decente.
*se va*