La biblioteca

Era mi primer dia en la escuela, sin embargo, donde me dirigí primero fue... a la biblioteca.

Entré con sigilo, intentando no molestar y quedé asombrada por la cantidad de libros que había. Mi anterior escuela era muy distinta... pensé. Me acerqué a las estanterias y contemplé los libros, mientras iba mirando cual escoger para empezar la lectura. Finalmente me decidí. Era un libro... sobre mitología japonesa. Esta edición es más nueva que la que tengo... Ya sé donde pasar gran parte de mi tiempo pensé feliz y me dirigí a una mesa vacía. Ya allí, me senté y puse el libro sobre la mesa. Lo abrí con cautela y empecé a leer, saltándome algunas secciones que no me interesaban.

Me acerqué a la biblioteca a buscar un libro de formulación que había pedido el profesor la clase anterior. Aquel hombre era bastante cansino...Que si el libro de texto no era el correcto, que si los ejercicios del libro eran demasiado sencillos, ahora que si el libro este...bah...

Me puse a rebuscar y acabé por encontrarlo. Como no me apetecía ir hasta la habitación y además sabía que si lo hacía acabaría por dejar los deberes de lado, decidí quedarme un rato allí para repasar al menos. Me senté en la primera mesa que pillé. Había alguien pero no preseté atención.

Fue cuando necesité un lápiz para hacer una anotación que levanté la vista y vi que la persona que estaba sentada era una chica con el pelo...¿azul? ...wow

- Wow, menudo color. Te gusta llamar la atención, ¿no?- Comenté en tono bajo para que la gente del lugar no me reprochase. Si dejaba pasar algo así la biblioteca sería muy aburrida...

- No especialmente. - Contesté sin apartar la mirada del libro. Pero sin poder evitarlo, me pregunté quien me habia hablado y subí un momento la mirada para ver al chico que me había hablado. - Es un problema de pigmentación, es natural... el color digo. - Dije tras soltar un suspiro. Ya estaba acostumbrada a esta clase de cosas, pero eso no significaba que me gustara. - Aparte de eso, quieres algo? - Dijo fríamente en un tono moderado-bajo.

La miré algo curioso cuando respondió. Parecía que el problema también afectaba a sus ojos. Era bastante extraño...

- Pues menos mal que es azul, que llegar a darle a tus pigmentos por ser verdes y...- Comenté jocoso antes de anotar un par de cosas en las hojas de apuntes. Volví a mirarla.

- Humm...Ya que estás...Has llegado hace poco, ¿no?- Pregunté. Estaba claro que no estaba aquí antes, aunque no la conociese la habría recordado si me cruzase con ella en el pasillo.
Miré a los lados por si algún alumno o reptor me miraba con mala cara por estar de charla.

Asentí a la pregunta de mi compañero.

- Si, hoy mismo... - Comenté en voz baja, ya no tan fría. - Y bueno, lo de la pigmentación... - dije contestando a su comentario de antes. - Bueno... - estaba insegura de si contárselo o no. Después de todo, era la primera persona a la que conocía, no sabía hasta que nivel podía confiar en él. Pero decidí darle un voto de confianza.

- Prométeme que no se lo dirás a nadie, vale...? - Dije preocupada. Era algo por lo que normalmente la habían criticado. - En realidad... el pelo no puede ser azul.... lo tengo teñido... porque es blanco... - comenté bajando la mirada. - Se le llama albinismo.

Asentí a su afirmación de haber llegado ese mismo día. sí que era nueva, sí...Después me dispuse a prestar más atención a mis libros ya que a ella no parecía gustarle hablar demasiado. Pero mi atención volvió a la chica e cuanto quiso comentarme algún tipo de secreto suyo. Menudo secreto, acababa de conocerme y me lo decía...Era algo peculiar esta chica...

No era que me interesase demasiado, pero igualmente me eché hacia adelante para escuchar con m´s confidencialidad lo que decía y, en cuanto terminó, alcé las cejas y me reí.

- ¿Te lo tiñes porque es blanco?- dije, algo indiscretamente, y acto seguido me tapé la boca entre "sshhh" molestos de los más cercanos y como disculpa inicial.


- Ujum...Lo siento...Pero blanco tiene que quedar tremendo. Aunque bueno, el azul mola mucho y te hace más agresiva- Comenté riéndome ligeramente.

Cuando me disponía a seguir hablando o leyendo vi el reloj de la pared por descuido. Baj...Tarde...siempre que se veía la hora era tarde...Los relojes eran los aparatos del demonio...Resignado por el tiempo opresor cerré las cosas y me levante.

- Baah ahora tengo que irme -. Comenté rascándome la nuca con pereza-Bueno, ya no veremos por ahí. Suerte con el instituto y eso

Sin más dilación me fui del lugar. Al pasar la puerta me di cuenta de un fallo...Me había centrado tanto en el pelo que había olvidado preguntar el nombre...Bueno, la próxima vez, supongo...

*Se va*

- Nos vemos... - Dije despidiéndome del chico. A todo esto, podia ser mi primer amigo del instituto y ni siquiera le pregunté el nombre... que le vamos a hacer. A todo esto... puede que ahora que ya no estoy en casa, pero en este instituto, puede... a lo mejor deberia dejar de tintarme el pelo cada mañana. Mis padres ya no están, así que... no tengo que oír cosas sobre malos augurios...

Sin darme cuenta, me había puesto a pensar teniendo un libro en las manos, con lo que al darme cuenta, se me cayó y al ser este bastante grande, hizo algo de ruido y me aplastó las manos. Me mordí el labio para evitar quejarme por el dolor, y... sirvió. Levanté el libro como pude y me levanté de la mesa, intentando no hacer el más mínimo ruido.

Me acerqué a las estanterías y dejé el libro donde lo había encontrado. Tras eso, se dirigió a la salida y salió de la biblioteca.