¡Un nuevo curso!

Cuando conseguí reaccionar, volí a echar una ojeada a mi alrededor. ¡Era el instituto más grande en el que había estado! Después de tantos traslados, daba gusto que el nivel fuera mejorando. Tras un largo rato de observar cada esquina y rincón que la vista me ofrecía, me ceñí el uniforme y avancé con paso decidido hacia la puerta. Era una alumna totalmente nueva en ese entorno...

-Ho...¿Hola? ¿Hay alguien por ahí?- pregunté, esperando cualquier respuesta.

"Buenas noches Señorita Kobayashi. Soy el Director, Hidejima Kappa ^^", le respondí.

"¿Acabas de llegar, no?", le pregunté sonriente.

-¡Oh sí! ¡Estoy salvada!- grité emocionada -Digo... Ehm... Disculpe mi insolencia, señor director.

Con verguenza, hice una reverencia, a la par que le repetía al agradable director mi nombre.

-Acaban de trasladarme desde un instituto de Tokio- dije incorporándome -¡Y qué instituto! ¡Es precioso! No quisiera ser una molestia, pero... ¿Podría mostrarme, si es tan amable, dónde se encuentra mi habitación? Ando un poco confusa y... ¡Pero claro! ¡Si usted tiene otros compromisos la buscaré yo misma! No se preocupe, se cuidar de mi misma.- sonreí.

Mientras lo decía, no me lo creía ni yo.

-Tarararitooo ~~ Tarareaba mientras andaba por el campus y me dirigia hacia la puerta.

Ya en la puerta, ví al director y a una chica jovencita...

-(Vaya está plana) Fue lo primero que se me pasó por la cabeza.

Con las manos en los bolsillos hice como que no los veia y me dispuse a entrar en el instituto seguramente el director me iba a llamar la atención lo presentia.

Mientras charlaba con el director de cosas triviales, observé a lo lejos como un chico bastante alto con aires despreocupados. Noté una mirada furtiva por su parte, nuestros ojos se cruzaron y le hice un pequeño saludo con la mano, aunque dudo que el lo hubiese visto. Tal vez más tarde podría hablar con él.

Me reí de lo que había dicho la señorita Kobayashi. Después miré como entraba Souichiro, y mientras le dije: "Buenas noches señorito Souichiro ^^"

Después volví a mirar a la señorita Kobayashi y le dije: "Bueno, la verdad es que si que tengo algún que otro asuntillo que hacer... lo siento". , le dije desviando la mirada. Si le decía que estaba ocupado buscando mi figurita de un kappa comiendose un pepino por la escuela, me tomaría por alguien raro.

"Pero bueno, las habitaciones estan en ese edificio de ahi", le dije mientras lo señalaba.

"¿Ya tienes la llave no?", le pregunté por si las moscas.

-Etto... Creo que la tengo por aquí- dije no muy convencida, rebuscando en mi pequeño bolso de mano que portaba. La encontré tras unos dos incómodos minutos -¡Aquí está! Uff, soy bastante despitada. Dudo mucho que pueda encontrar la habitación yo sola...

Miré de reojo al chico, que se había quedado apoyado en una de las paredes del instituto. Me parecía una locura intentarlo, pero tal vez diera resultado. Además, así podría ir conociendo a alguien para integrarme mejor.

-¿Por qué no le dice a aquel chico de allí que me acompañe? No quisiera molestarle a usted, desde luego. Y tal vez ese joven alumno... Tampoco quiero parecer descabellada. Sinceramente, creo que me perdería si fuera yo sola.- reí, mientras esperaba la respuesta del dierctor.

La miré algo perplejo, y le respondí: "Oh, de acuerdo, me parece buena idea ^^"

Le guiñé un ojo a Kobayashi y le dije a Souichiro: "Señorito Souichiro, ¿podría acompañar a la señorita Kobayashi a su Habitación? Esque tengo que ocuparme de un asuntillo y no tengo tiempo, y así de paso os vais conociendo. ¿Le parece bien? ^^"

Alguien me hablaba. ¡Oh si! Era el director, queria que acompañase a la chiquilla de nombre raro a su habitación, sin pensarmelo dos veces le dije:

-¡Oh! Por supuesto, faltaria más, son 10.000 yens. Bromee.

Aun que, ahora que lo pensaba profundamente, yo también era nuevo en el instituto, asi que, no tenia ni puta idea de donde quedaban las habitaciones lo más probable es que nos perdiesemos por el instituto... pero sinceramente, me daba igual xD

Acompañé al director hasta el alumno, se despidió de nosotros con una amplia sonrisa y yo le contesté con una reverencia. Miré al chico alzando la mirada. Alzándola mucho. Rondaría por los 1,80 y yo no llegaba ni a 1,65. La situación parecería divertida si la vieras desde fuera.

-¡Hola!- dije en un tono cordial -Me llamo Ritsuko Kobayashi y acabo de ser trasladada desde Tokio. Es un placer conocerte. ¿Tú como te llamas?

-Rune, aun que también puedes llamarme Rune. Sí, los dos nombres eran iguales pero es para que quedase claro que me gustaba que me llamasen Rune.

No me apetecia contarle mi vida a esta chiquilla, demomento preferia hablarle de otras cosas y para cambiar el tema rapido le dije lo primero que me vino a la mente.

-Tengo una duda... ¿De que color son tus braguitas? Las blancas son las mejores. Afirmé.

Alomejor pensaba que era un pervertido o algo y así se le iban las ganas de que la acompañase y de paso no quedaba en ridiculo andando por este instituto desconocido, nunca suelo pensar planes tan astutos, pero este era genial... o eso creia...

Mis braguitas... bonito tema de conversación.

-Oye chaval ¿Pero tú que pretendes? Sólo te he dicho que si en un acto de caridad podrías acompañarme a mi habitación- actué irónicamente. Luego, cambié el registro. Puse cara de niña buena y miré al suelo -Pe-pero claro... entiendo... que una pobre chica indefensa y desbalida como lo soy yo... punto de mira de cualquier alumno pervertido que probablemente me encierre en uno de los baños y qué se yo que puede llegar a hacerme. Pero tranquilo, lo entiendo. Sé que no suscito ningún tipo de pena ni ningún reclamo de ayuda. Pues nada, Rune- proseguí, limpiándome unas lágrimas inexistentes y cogiendo mi pesada maleta -No te preocupes... sólo acuerdate de mi nombre: Rii. Seguramente es la última vez que vuelvas a oirlo antes de que deje este mundo a manos de cualquier alumno con ganas de saciar su necesidad de placer...

Me di la vuelta y me dirigí a ninguna parte. No tenía ni idea de como me estaba mirando aquel chico. Como ví que no había reacción alguna, puse mi cara más triste y me giré, mientras decía:

-Y, por cierto, las mías son blancas.

Madre mia, esta chica era una cotorra de cuidao, dijo muchas cosas en muy poco tiempo y no me enteré de nah.

Con una cara de atontado increible le dije:

-¿Qué? Lo siento pero me perdí a la mitad... Casi lloraba la chica y no tenia ni idea de por qué, solo pensé que las chicas de hoy en dia eran muy sensibles sin saber por qué.

Para no decirle que me volviese a repetir todo el rollo del que no me habia enterado de nada, decidí ir al grano.

-Bueno... ¿Quieres que te lleve o no?

Esperaba no herir sus sentimientos por no estar atento cuando hablaba...

¡Perfecto! Mi sarta de tonterías lo había confundido. Lo miré con ojitos de cordero y me acerqué de nuevo a él.

-¿De verdad? ¡Si es que en realidad eres un buen tío y todo!- le dejé mi pesada maleta a sus pies a modo de indirecta mientras finjía que me dolían los brazos. -¡Pues nada! En cuanto tu digas me guías a los dormitorios. El director me ha dicho que eran ese edificio de ahí. Pero claro, un alumno tan acostumbrado a este sitio como tú ya lo sabrá...

En realidad no tenia ni puñetera idea de a donde me dirigia pero si creia que le iba a llevar la maleta pesada, iba lista.

-Deberias recoger tu maleta no tienen patas ni andan solas. xD Le dije riendome.

Despues de eso metí las manos en los bolsillos y me imaginé que los dormitorios estarian en el edificio de allí, pero seguia sin tener ni idea así que, preferí sincerarme con ella y decirle:

-Bueno... la verdad si te soy sincero yo también soy nuevo en este instituto y no tengo ni idea de donde quedan las habitaciones...

Estaba seguro de que eso le habria quitado a la chiquilla las esperanzas de encontrar su habitación. De hecho, yo tenia pensado dormir en la azotea o en algún sitio fresquito del instituto.

"Perfecto. Hoy me toca dormir en la calle." pensé. Recogí con pesadumbre mi pesada maleta, tiré de un asa para sacarla fuera, y así llevarla más comodamente, y después mire a Rune. Su expresión de indiferencia me resultaba tan perturbadora como atractiva.

-Pues nada, espero que sepas ir de caza, porque como no encontremos las habitaciones me da a mí que vamos a pasar una noche a la luz de las estrellas.

Tiré de mi maleta soltando unos pequeños gemidos para que Rune se diera por aludido, pero ni por esas. Parecía que me tocaba llevarla a mí.

-Cuando digas, yo te sigo.

Bien era el momento de partir pero... ¿Hacia donde? Yo me orientaba igual que un pato en un laberinto, vamos, fatal.

-Vamos por ahí Y señalé a la pared.

...

-Lo-lo siento... No estoy acostumbrada a las costumbres de aquí. Pero presupongo que atravesar paredes no es una de ellas.- lo miré enfurruñada y resoplé -Veamos, vamos a ese edificio. Si realmente los dormitorios no están allí, podríamos ir a secretaría a preguntar. Pero ve tu delante, que lo mismo coges un palo o algo así y me noqueas para luego hacerme cosas de hombres...

Lo miré con desagrado y dejé que me adelantara. Le hice un par de muecas sin que me viera y arrastré mi maleta hasta que llegamos a la puerta del edificio.

-Tu primero.

Vaya, esta chica no entendia aquel dicho tan famoso de "Las damas primero" esta vez seria el hombre quien diese el primer paso, joer, ni que estuviese contando el primer viaje a la luna.

Me rasqué la cabeza y le dije:

-Tranquila mujer, no pego con palos, pego con bates de Béisbol y no tengo ninguno a mano xD Me reí mientras lo decia.

Ya en la puerta del edificio, me entro una duda.

-¿Estás segura de que es aquí? Le pregunté confuso.

-No. ¿Y tú?- me anticipé a su negativa diciendo: "Pues entonces, vamos a intentarlo".

Entramos al edificio con el mismo miedo que un cazador penetra en la cueva de un oso. Miramos alrededor buscando presencia humana, pero la única que ahí se hallaba era la nuestra. Miré a Rune, el cual estaba igual de perdido que yo.

-Subamos las escaleras, tal vez haya habitaciones numeradas.

-Yo nisiquiera tengo la llave de la habitación Le respondí.

Asi que, a mi me daba igual fuese o no fuese el edificio de las habitaciones me iba a tocar dormir en el suelo hiciese lo que hiciese.

Subimos las escaleras y por suerte las habitaciones estaban enumeradas... lo habiamos logrado, por fín despues de mucho esfuerzo, llegamos a su habitación...