La verdad es que ayer desaparecí del instituto por qué tenia que arreglar unos asuntos afueras del instituto y podía pensar mejor alejado de todo.
Entré al gimnasio y saque unos sacos de boxeo del almacén del gimnasio, me pusé a entrenar e intentando perfeccionar mi estilo de Muay Thai. Empecé a sudar como un cerdo, me quité la chaqueta y la camiseta y con cada patada, mi sudor saltaba por los aires. Era la mejor manera de fortalecerme y liberar mi furia.
-¡Hai-yaaaaaaa!- dí una patada tan potente que rompí el saco de boxeo. No me lo podía creer, ¿es qué mi furia me hace más fuerte? En definitiva, quité el saco de boxeo y coloqué otro, me dispusé a dar puñetazos cada vez más feroces. Me olvidaba de mi estilo único de dos tonfas pero tenia todo el tiempo del mundo para entrenarme con ellas. Preferí fortalecer mi cuerpo.
Buf.. Me estaba cansando pero yo seguia, estaba tan centrado que me distrajé de los problemas y estaba en estado de trance. Saqué el trampolín y un quitamiedos, hicé unos saltos normalitos pero no me bastaba, hicé un mortal y la verdad, los saltos todavia los controlo a la perfección, me pusé a dar más saltos mortales, hicé un salto mortal triple. "Por algo era el profesor de educación física, ¿no? Tenía que saber enseñarle a mis alumnos como hacerlo."
Guardé todo en el almacén y me senté en un banco apoyado a la pared. -Qué bien se sintió ese entrenamiento xD- sonreí, crucé los brazos y seguí descansando. Después de un largo descanso decidí irme por allí.