¡Al fin he llegado al Instituto Kappa!

La entrada al instituto estaba frente mía, sólo necesitaba dar un paso, que, con el peso de la maleta, se haría muy lago.

*Entré al instituto*

- Vaya... estos son los casilleros - suspiré arrastrando una gran maleta. Parecía que me iba a dejar el brazo en el intento de llevarla.

Observé con detenimiento casillero por casillero...

- Ahora... ¿qué hago? - Me pregunté poniéndome la mano que me quedaba libre en el pecho.

- Lo mejor será que hable con la secretaria o el director - Intenté buscar una solución a mi problema, pero lo único que hacía era ponerme más nerviosa.

- Y si... el director es un gordo pervertido... - Susurré poniéndome más nerviosa.

Finalmente decidí hacer de tripas corazón e ir a visitar el cuarto del señor... director.

*Se marcha en dirección al despacho del director*