Husmeando dí con la sala de ordenadores. La puerta estaba abierta así que entré sin reparo.
Me senté en el primer lugar que encontré y encendí el ordenador.
No tenía nada concreto que hacer así que me decidí por mandarle un correo a mi madre.
No quería ponerme sentimental y lloriquearle que ya la echaba de menos, así que sólo le dije que el instituto era guay y que me lo estaba pasando bien.
No quería engañar a mi madre, pero no me hacía especial ilusión comentarle que un profesor me había besado.
La mayoría de las ventanas de la sala estaban cerradas, lo que daba paso a poca luz y ofrecía un aspecto un tanto inquietante.
Pinché en "enviar" y después apagué el ordenador.