Habitación de Anette Hansen

De nuevo, dijo "An". Llevaba fijándome un tiempo en eso. Concluí que utilizar el nombre no estaría fuera de lugar, porque sería recíproco...

Rebusqué entre la montaña de trastos hasta dar con lo buscado. Mi último paquete de galletas... Una vez terminado, tendría que esperar a que mi familia me trajese más de Noruega, pero tampoco era como para cortarse las venas por ello...

- Para Takashi-kun.
Abrí el paquete y le ofrecí, sonriendo.

- De chocolate... Noruegas. Rico...

Observé con curiosidad como volvía a revolver para buscar algo y sacaba un paquete de lo que parecían galletas típicas. Ahora ya me había llamado Takashi-kun y me daba sus galletas de chocolate...Agh...¿por qué los extrangeros eran así de incomprensibles? T_T o al menos las extrangeras...Quizá fuesen las chicas por extensión...Igualmente traté de pasarlo por alto, mi cara ya tenía el leve rubor perenne desde hacía algunos minutos y no iba a cambiar mucho más.

- Ah, gracias- Respondí cojiendo una de las galletas. La miré unos segundos, su color no era muy alentador. Así que aquello comían los noruegos de aperitivo...Miré a An, algo inseguro, antes de volver a mirar la galleta y finalmente le di un mordizco.

En principio era algo dura, luego parecía desmigarse en la boca, pero por dentro tenía algo blando y biscoso. Respecto al sabor...Primero se notaba el fuerte chocolate y luego se fundía con una afrutada mermelada. Mientras mordía y saboreaba iba poniendo algunas caras extrañas -era consciente de ello porque muchas veces se habían reído de las caras que ponía- pero realmente estaba bueno.

- Es raro...Está bueno- Acabé por decir riéndo y acabando de comerme la galleta.

Sonreí complacida cuando no la escupió ni nada similar. Su reacción al comerse la galleta fue la misma que la mía con el dango, así que no pude quejarme; aunque tampoco había razón para ello.

En ese momento tomé el móvil y, al ver la hora, mi rostro mostró sorpresa. Le enseñé la pantalla, señalando el número para hacer referencia a la hora y no a otra cosa.

- Tarde... -susurré bajando la vista, como si darle aquel mensaje me costara horrores.

Todo estaba planeado... Como era tarde, él tendría que irse. Yo buscaría algún despiste suyo para deslizar entre su ropa una nueva nota que había escrito antes de que él llegase y que solo había planeado darle bajo circunstancias especiales. Si todo iba bien, cuando la leyera yo ya estaría durmiendo.

Era perfecto...

Aunque... Bien pensado... Tampoco era alguna clase de perversión insana o algo así...

Miré el reloj de su móvil y me sorprendí también. Era tardísimo, y el tiempo se me había pasado tan rápido...

- Wow, sí. Bueno, creo que ya debo irme entonces- Comenté con una sonrisa. Vi como ella ofrecía las galletas como regalo así que las cojí.

- Gracias. Me lo he pasado muy bien aquí- Reí.- La próxima vez juro intentar hablar mejor. ¡Buenas noches!- Reí y me despedí guiñando un ojo y haciendo un gesto de pistola con los dedos. No era nada especial, simplemente acostumbraba hacerlo cuando estaba a gusto y esperaba volver a ver a la persona pronto.

En cuanto la puerta se cerró sonreí ampliamente mirando aquellas galletas.

- Y yo que me había planteado quedarme en mi habitación...- Reí y eché a correr, no sin antes echar un último vistazo a la puerta de su habitación. Como me pillasen por ahí a esas horas fijo que me la cargaba.

*se va*

En cuanto él se fue, suspiré. Había sido divertido y, además, había tenido posibilidad de practicar el idioma. Y... Bueno...

Rebusqué entre la ropa hasta dar conmi pijama y me lo puse. Luego bostecé. Era tarde. Me metí en cama y apagué la luz.

Un nuevo bostezo y fragmentos de los recuerdos del día.

Luego me dormí.

*se duerme*

La noche es un buen momento para salir, de alguna forma. Aunque el día también tenía sus encantos. De todas formas, como me había pasado todo el día ojeando apuntes y repasando algunos verbos, debía salir por la noche.

Porque quería dar una vuelta, claro.

*se va*